Muchas veces he escuchado que a los jóvenes no les gusta leer, y más aún tener un hábito de lectura, dicen que es algo propio de la “gente adulta”; no obstante, revisando algunas estadísticas, encontramos que, por lo contrario, los niños y jóvenes son precisamente los que más leen.
Según datos que se desprenden del índice de lectura de libros (España 2010), los niños son los que más leen: el 83% de los menores entre los 10 y 13 años se declaran lectores, pero son los que tienen entre 14 y 24 años los que más leen. Eso sí, las mujeres más que los hombres.
La lectura ha tenido un auge motivado en gran manera por el uso del internet, y más específicamente las redes sociales; pero es desde los primeros días del chat, que los usuarios jóvenes optaron por preferir la comunicación verbal escrita, dejando a un lado las conversaciones habladas.
Algunos años atrás ya se había inventado la mensajería de texto a través de telefonía móvil, sin embargo, su apogeo no llegó sino hasta finales de los años noventa. Hoy en día, el uso de los mensajes de texto es altísimo, una estadística reveló que en los primeros meses del año 2007, se habían enviado más de 620.000 millones de mensajes, un 50% más que el año anterior en el mismo período de tiempo. Asimismo, Un estudio realizado por la empresa Telefónica en Argentina, arrojó que quienes usaban más la mensajería de texto eran personas que no llegaban a los 24 años, mientras que los mayores de 40 años, prefieren realizar llamadas telefónicas.
Este proceso tiene algunas distinciones. Si bien es cierto, los jóvenes prefieren escribir y leer un texto que llamar o recibir una llamada, los jóvenes son dados a la lectura siempre y cuando esta sea presentada de manera atractiva y principalmente sencilla y concisa.
Expertos en el área, al saber esto, han presentado diversos productos que ofrecen los largos y tediosos textos en fragmentos cortos (ya usados en la mensajería de texto y chats) lo que en el Facebook se conoce como “estado” y en el Twitter, sencillamente como “tweets”. Teoría que se desmorona al saber que los libros más vendidos en la historia, están dirigidos a un público joven; libros como la saga de Crepúsculo de Stephenie Meyer, uno de los más comentados y seguidos en los últimos años, mientras que El Señor de los Anillos y el Hobbit, ambos de J.R.R. Tolkien, están entre los libros más vendidos (cien millones de copias).
Sólo queda algo claro, que no podemos obviar, a los jóvenes sí les gusta leer. El problema está en lo que prefieren leer, y si captan o no, lo que están leyendo.
Si eres joven ve y compra libros, lee la prensa, no te conformes con lo que lees en el Facebook o Twitter, anda más allá, lee información que te edifique. Si tienes hijos pequeños, jóvenes o adolescentes, procura obsequiarles libros, incentívalos a tener un hábito de lectura, anímales a leer material productivo, que vaya más allá de lo solicitado en el currículo escolar.
Ya sabes, la próxima vez que escuches que la lectura no es para jóvenes, recuerda, es un mito.
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Chat
Las salas de conversación en línea tienen un nacimiento muy reciente, pues fue apenas en 1997 cuando empezaron a ganar una popularidad creciente, en especial a partir del lanzamiento de MSN Chat, una aplicación inventada por Microsoft, asociada a su sitio de correo electrónico gratuito Hotmail.
El libro por excelencia
Si quieres leer un libro edificante, te recomiendo que desde ya leas la Biblia. Libro que no pasa de moda y es comprensible para todas las edades (Por algo es el libro más impreso, vendido y leído de la historia).
Hay millones de libros, pero sólo uno cambia: La Palabra de Dios.
Por Frank Diana // @Frank_Diana
REVISTA DEVOCIÓN 